jueves, 17 de septiembre de 2009


CONSTRUYENDO LA PAZ. Por Carlos Daniel Laurans*


Tanto la paz como la guerra son nada más que la manifestación externa de una forma de pensar colectiva, y su implementación estará relacionada con la firmeza de las convicciones.

Podemos definir sin temor a equivocarnos, que la paz es el resultado de una vibración armónica interior.

Para conseguirla debemos enfocarnos en la raíz del problema, es decir los pensamientos, quienes son los generadores de las emociones y motivaciones por las cuales hacemos las cosas.

Hemos formado nuestra escala de valores en función de la educación recibida o por conclusiones propias y en consecuencia tomamos las decisiones que creemos correctas y de esa manera también enfocamos a los problemas.

Considero que la paz es el resultado de un trabajo interior y para conseguirla debemos convertirnos en nuestros propios gestores y luego, a medida que la vayamos consiguiendo, podremos transmitir las experiencias, siendo entonces mensajeros de paz.

Para lograr esto deberemos analizar cada aspecto de nuestra vida que no se esté desarrollando de la forma que quisiéramos y permitirnos la posibilidad de pensar en que podríamos estar equivocados en el enfoque que le estamos dando; porque si seguimos pensando de la misma manera, obtendremos también siempre los mismos resultados.

Los hechos en sí no son un problema. Dependerá de cómo lo evaluemos y permitamos que nos afecten.

Muchas veces deberemos animarnos a tomar acciones temidas como poner límites o pedir perdón por ejemplo, siempre con vista a solucionar situaciones que nos alteren. Porque la lo vale.

Nuestra paz interior es sólo el comienzo del camino. Primero nosotros y luego el entorno: la familia, los amigos y a cuanta personas se nos acerque, creando un efecto de onda cada vez que uno de ellos transmita su logro.

Como decía al principio, la situación social actual es en definitiva la manifestación de nuestra interioridad.

Y también es nuestra responsabilidad el legado que dejemos. Considero fundamental en este momento promover la apertura de conciencias en aras del crecimiento personal y por el bien de la humanidad, comenzando por nuestras familias como pilares de una sociedad equilibrada y afianzada en el respeto a las personas.

Todos deberíamos darnos la oportunidad de trabajar por la paz. En la medida de sus posibilidades, sin invertir dinero incluso, con sólo apadrinar un árbol u ocuparse de leer una vez por semana a los ancianos en los asilos, o de la forma que se les ocurra. Todo suma a favor de la paz.

Porque estamos hablando de vibración de amor hacia uno mismo y hacia los demás. Esto es absoluta y urgentemente necesario para equilibrar al planeta.

No va a ser intentando detener un tanque con la mano como conseguiremos la paz, sino exclusivamente a través de un cambio de conciencia.

Y está en nosotros obtenerla.

CARLOS DANIEL LAURANS ( ILFAC Santa fe- Argentina)

1 comentario:

  1. Esos muros que tan fuerte se levantan, esos espacios huecos interminables de la incomprensión, todo eso cambiaría con la apertura de conciencia. Muy bueno. Cordialmente. Mercedes Sáenz

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