martes, 4 de agosto de 2009
ME APRISIONAN AÚN
Me aprisionan aún
los ojos del hambre.
De mis bolsillos repletos
exhalo el vacío de saberte triste.
No alcanzan limosnas
si existen hipocresías.
Un niño destruido
es denuncia.
Una madre apedreada
es vergüenza.
Un hombre desocupado
es bronca.
Nuestro silencio
nos transforma en cómplices.
GUSTAVO TISOCCO
De su libro " Sutil"
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Dice mucho este poema Gustavo, para pensar y hacer! Cordialmente, Mercedes Sáenz
ResponderEliminarGracias por dos, Gus.
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