sábado, 3 de julio de 2010
PACIENCIA
Un viejo jubilado de pronto desespera
de que un día su dieta mejore en proteínas.
Un joven soldado oculto en la trinchera,
aún cree que vendrá el pertrecho con la vianda prometida.
Provincias olvidadas ven que otras prosperan,
porque tienen la misma suerte que a ellas las esquiva.
Un pobre en la celda, sin que Kafka lo previera,
pudre su nostalgia preparándose a la huida.
Un mundo sin trabajo, sentado en la vereda,
ve pasar a Doña Esperanza en su propia limousina.
Se ofusca el licenciado dentro de una vidriera,
porque nadie le contrata su ciencia consabida.
Hay algunos a quienes les hicieron la pera,
y por falta de un remedio se murieron de sida.
Los pies de las Abuelas ya el piso agujerean,
pero en su rayuela, nadie les dibuja “ la aparición con vida “.
Hartos de estar hartos, en el País de la Espera,
un día llegará en que la unión hallará la vía.
MARÍA CRISTINA AZCONA
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