
En Hiroshima y Nagasaki
Madre:
-¡Agua! Agua por favor
para mi hijo y yo misma
en el último dolor
para poner fin al fin
en Hiroshima herida…
Hijo:
-¡Ay mama mía!
Agua y auxilio
para este fuego en la piel
en Nagasaki herida
¿Podré de nuevo reír?
ERNESTO KAHAN
Dios...
ResponderEliminarNo creo que hayan logrado reír nuevamente.
Betty
En tan pocas y bellas palabras, todo el espanto. Felicitaciones.
ResponderEliminarCordialmente
Mercedes Sáenz
Marita, qué poema que trae a la realidad, algo vivido hace mucho tiempo. El horror puesto en palabras. Un abrazo,
ResponderEliminarGracias mi querida hermana Maritta por publicar mis Tankas y por la sensibilidad de los lectores de tu hermoso blog
ResponderEliminarErnesto Kahan
Cierro los ojos tratando de no sentir ni ver; duele la imagen gravada desde la primera visualización de semejante locura. Cómo calan sus palabras al repasarlas.
ResponderEliminarFuertes imágenes ha logrado con sus letras.
Sonia Quevedo