domingo, 31 de mayo de 2009



ACROBACIA SÁLMICA

MARY ACOSTA

Atardece en mí,
ante el desnudo audaz de los espejos.
Desgrano la penumbra hambrienta
vistiendo un traje de epílogo,
sobre la fina piel gastada,
que expulsada en siete gritos
desarma cóncavos domingos de abril.
Detrás del músculo agotado,
la acróbata libélula
confabula el vuelo,
en mitad del geodésico instante,
inventando el hálito de Dios resucitado.

MARY ACOSTA

1 comentario:

  1. Ante semejante poeta no me llamó la atención, la estructura y la línea tan armoniosa y tan significativa de este poema.Todo un honor Cordialmente Mercedes Sáenz

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